23 octubre 2015

Mis reflexiones: MARGUERITE YOURCENAR 1



La genial escritora francesa ha sido, desde siempre, uno de mis faros en el ámbito de la literatura y de la vida. Leerla es un placer inconmensurable, difícil de comparar con otras muchas lecturas y autores. Mujer culta, inteligente y adelantada a su tiempo, plasma en su obra penetrantes visiones de la psicología y existencia humana. Podríamos estar hablando de ella semanas enteras y no cansarnos, pero no es mi intención hoy. Quiero centrarme en esta frase que inspira mi reflexión.

Todos conocemos a personas que, por encima de todo, son capaces de justificar lo injustificable. En ese contexto, he conocido a gente que soslaya cualquier ámbito que se aleje de la pura racionalidad. Todo lo que no esté constreñido en el rígido y seguro ámbito cartesiano de la lógica, carece de interés.

Se pierden la esencia de la humanidad, al menos lo veo así. El ser humano es una entidad que puede razonar (tenemos el cortex cerebral para ello) y hacerlo muy bien. Elevar a rango de diosa la capacidad de raciocinio, soslayando y mutilando nuestra capacidad para intuir, sentir, emocionarnos y dejarnos llevar por el pálpito de la irracionalidad es un mal negocio.

Reivindico lo mismo que la autora; sería insensato no hacerlo. No olvidemos la importancia, en todo momento y lugar, de escuchar y dejar hablar a nuestros sentimientos, a esa parte que sin ser lógica no es errónea por naturaleza, como algunos aseveran desde su púlpito ortodoxo. El corazón, como metáfora de esa dimensión pasional y afectiva, es el mejor compañero de la cabeza. Respetemos su sitio y escuchemos lo que tiene que decir. Nos irá bien.

1 comentario:

Anónimo dijo...

El referente una gran escritora, una mujer sin duda adelantada a su época, de sus obras, a mi las que más me gustan son "El tiempo, gran escultor" y una inacabada sobre sus viajes "Una vuelta por mi cárcel" y sólo decir que una frase de uno de sus libros "Yo no amo como ellos aman" podría enlazar con tu reflexión, sabía en todo momento... Mente, corazón e incluso aquello etéreo que tal vez no exista pero acaricia la piel, el alma, de la mano, en casi perfecta comunión. Besos mil amigo.

El tigre herido...